Union Is Strength

18.04.2022

Codificación en el valle: cuando lo digital impulsa las zonas rurales

En Ardèche, Labo.VE, socio de Simplon, imparte formación profesional relacionada con el mundo digital a alumnos en reconversión o sin empleo. La localidad de Cheylard apuesta por lo digital para atraer a empresas y demostrar que no es incompatible con las zonas rurales.

Baptiste Langlois (FR) / Jaime Sevilla Lorenzo (ES) - Traducido por Sara Fernández Martín, Voxeurop

Version française / English version

La escuela Simplon tiene 127 factorías, entre las cuales está la de Le Cheylard, en Ardèche, implantada en uno de los pueblos más pequeños
La escuela Simplon tiene 127 factorías, entre las cuales está la de Le Cheylard, en Ardèche, implantada en uno de los pueblos más pequeños. | Baptiste Langlois

Le Cheylard (Francia)

Tanto en primavera como en otoño, el paisaje es digno de un fondo de pantalla de ordenador. A finales de invierno también merece la pena el desvío: las casas con enlucidos blancos o beige decoran con una densidad razonable la parte baja del valle, dominado en la zona alta por un bosque de árboles aún sin follaje. Al otro lado del Eyrieux, el río que divide este corredor natural, los alumnos observan el paisaje con la mirada perdida. Una mirada que es más reflexiva que contemplativa, mientras trabajan en el proyecto que tienen que presentar al jurado para validar su formación, que concluye a mediados de abril. Cada uno de los catorce alumnos debe crear una aplicación web completa sobre un tema de su elección. «Incluye al mismo tiempo partes que se ejecutan en el navegador web y en el servidor, sobre todo la gestión de datos», explica Patrice Armand, responsable pedagógico de la École Numérique Ardéchoise, una de las entidades que forman Labo.VE.

Desde 2015, esta asociación se centra en el desarrollo de lo digital en el entorno rural. En concreto en Cheylard, un municipio de 3000 habitantes situado al norte del departamento de Ardèche. Ofrece formación gratuita y con la que se obtienen títulos (equivalentes a bachillerato +2, o diplomatura) de desarrollador web y móvil, dirigida sobre todo a personas alejadas del mundo digital. Los perfiles de los alumnos son variados: recién salido del instituto o de formación en prácticas, en reconversión profesional o sin trabajo. No se exige tener una formación previa. «La media de edad se sitúa en los 28 años y la persona de mayor edad tenía 55 años. El 25 % de los alumnos son mujeres. Queremos que esta cifra aumente, pero sigue habiendo obstáculos: o bien no conocen estas profesiones, o bien piensan que no son para ellas», lamenta Marie-Laure Freydier, la responsable operativa.

Por los alumnos de esta promoción, la formación comenzó en septiembre 2021 y se detiene a mediados de abril 2022
Por los alumnos de esta promoción, la formación comenzó en septiembre 2021 y se detiene a mediados de abril 2022. | Baptiste Langlois

En esta promoción, que inició el curso en septiembre, «solo había una persona con experiencia, las demás eran principiantes», explica. Aunque esto no tiene mucha importancia, si demuestran que tienen ganas de aprender. «Muchos alumnos ya tenían una profesión antes, lo que es una ventaja. Así tendrán una doble competencia. Nuestro objetivo es crear profesionales con una cultura de lo digital lo más amplia posible», asegura Patrice Armand.

Aprendizaje digital «colaborativo»

Marie-Noëlle, de 42 años, ha trabajado durante mucho tiempo como asistente de gestión, aunque no era su vocación. «Cuando era joven, en cierto modo me impusieron el oficio, pero realmente no me gustaba». Siempre le ha atraído la informática y, tras una evaluación de competencias, decidió formarse como desarrolladora web. Después de seis meses en Lavo.VE, comenta: «He aprendido mucho. No se sale con una competencia plena, pero tendremos una buena base de trabajo con la que podremos encontrar un empleo y acabar de formarnos con la práctica». La escuela digital de Ardèche no se entiende como un «centro de formación tradicional». Los alumnos aprenden métodos y teorías, pero el responsable pedagógico quiere estimular «su capacidad de aprender a aprender, con experimentaciones». Este miércoles, ha presentado un nuevo concepto durante media hora. Luego ha dejado a los alumnos de forma autónoma, repartidos en puestos individuales. Algunos trabajan con una pantalla, otros con dos. Se llaman y se ayudan unos a otros. «Así es realmente lo digital, con una dimensión colaborativa», añade Patrice Armand.

El método por proyecto es una de las características de la escuela Simplon, una empresa solidaria de utilidad social (ESUS) que ofrece formación para los oficios digitales. Labo.VE es uno de sus socios y Simplon le proporciona asistencia y herramientas pedagógicas. La ESUS, creada en 2013, se desarrolló rápidamente, sobre todo gracias a subvenciones: más de un millón de euros procedentes de varios fondos europeos (FEDER, DSE, ITII, IEJ, NEETs). Ahora cuenta con 127 fábricas, entre ellas la de Cheylard, implantada en una de las comunidades más modestas. Con la firme voluntad de «reactivar el territorio», como asegura Marie-Laure Freydier.

Patrice Armand, responsable pedagógico de la Escuela Digital de Ardèche
"Así es lo verdaderamente digital, con sentido, colaborativo", explica Patrice Armand, responsable pedagógico de la Escuela Digital de Ardèche. | Baptiste Langlois

Tercer espacio empresarial

En Cheylard, «solo hay corderos y abetos», comenta Jacques Chabal. Este médico de 70 años, que es también el alcalde, es muy hablador. Sobre todo, al exponer una reflexión que hizo desde su primera elección en 1989, para responder a las necesidades de este valle, antes conocido por su industria textil y de joyería. Hace 25 años, la zona necesitaba un instituto. «Era un desafío lograrlo en una zona rural», recuerda el edil. Pero se consiguió.

«Después, nos dimos cuenta de que faltaba un entorno donde pudiéramos encontrarnos, entablar vínculos», prosigue. El centro Poleyrieux, proyectado por la comunidad de municipios del Val’Eyrieux, cuyo alcalde es también el presidente, abrió sus puertas en 2012. Este tercer espacio empresarial, que permite intensificar la conexión entre los distintos agentes, aloja un vivero de empresas, el servicio de economía de la Comunidad de municipios, despachos, un Fablab y la escuela de desarrolladores.

La formación de desarrollador web y móvil permite a los estudiantes obtener un título equivalente al nivel Bac+2
La formación de desarrollador web y móvil permite a los estudiantes obtener un título equivalente al nivel Bac+2. | Baptiste Langlois

La formación es el símbolo del giro digital de un territorio que intenta atraer o retener a los habitantes frente a la llamada de las ciudades. Si el 78 % de los alumnos de Labo.VE encuentra un empleo en los seis meses posteriores a la obtención del título, las ofertas aún están lejos del valle.

Pero el movimiento se ha iniciado. Transformación digital de empresas, recurso al teletrabajo masivo con la pandemia… «Se observa especialmente gente que regresa, no tanto que venga por primera vez», observa Morgane Maitrias, directora de Poleyrieux, haciendo hincapié en el matiz. Pero la presencia de una formación digital «es un plus para las empresas que se instalan, porque saben que cuentan con una cantera en el lugar». La escuela digital de Ardèche, cuya visibilidad ha aumentado, aún necesita «un impulso», reconoce el instructor Patrice Armand.

Cambio de estado

Labo.VE sigue innovando. La asociación se convirtió el año pasado en una sociedad cooperativa de interés colectivo, lo que le permite comercializar prestaciones. Una forma «de atraer a empresas, de crear un ecosistema en torno a lo digital y de hacerlo accesible a todos», señala Marie-Laure Freydier. También ha iniciado un segundo curso de formación, de diseñador-desarrollador de aplicaciones móviles con prácticas (equivalente a bachillerato +4, o grado). Tatiana Gosso, diplomada del primer programa y natural de Ardèche, continuó con este curso. Tiene 40 años y la mitad de ellos trabajó como técnica de calidad de electrónica. Admite que, en el momento de su reconversión profesional, «ha sido importante la proximidad con la escuela». Valora la formación y lamenta «que aún no haya muchas empresas web que ofrezcan un empleo por la zona». Pero, a largo plazo, la presencia de la escuela puede cambiar la situación.

En cualquier caso, la información se abre paso. Jacques Chabal se acuerda de una abuela que se cruzó en la calle, sin muchas nociones sobre el mundo digital. Tras la admisión de su nieto, que le comentó sobre la existencia de Labo.VE, le dijo al alcalde: «Aquí hay ahora una escuela de codificación. Está muy bien para los jóvenes». Jacques Chabal concluye: «En las zonas rurales, es necesario que la gente comprenda lo que pasa, que haya vínculos». En la segunda cuenca industrial de Ardèche, lo digital crea estos vínculos.

European unionEste artículo se ha redactado en el contexto del concurso Union Is Strength, organizado por Slate.fr con el apoyo financiero de la Unión Europea. El artículo refleja el punto de vista de su autor y la Comisión Europea no es responsable de su contenido ni de su uso.